Marketing Experiencial Las experiencias facilitan el reconocimiento.


Las experiencias facilitan el reconocimiento.
La comunicación masiva es parte de un ecosistema múltiple llamado red que nos pertenece y permite compartir nuestras experiencias a un costo bajo de esfuerzo, tiempo y dinero.
Con sólo un “click” conseguimos muchos reconocimientos a través de comentarios, corazones o los siempre bien recibidos: “me gusta”. Estas palmaditas en el hombro las recibimos por parte de nuestros amigos y generan emociones positivas cuando nuestras fotografías e imágenes son aprobadas satisfactoriamente en nuestras redes. Como comenta Alba Rosique en su artículo: “Las consecuencias positivas que siguen a una conducta son los reforzadores. Éstos como su nombre indica nos ayudan a reforzar y fortalecer la conducta. Cuando la conducta va seguida de un premio o una recompensa. Se denomina reforzador positivo, hará que el comportamiento sea más probable en el futuro. El refuerzo positivo ocurre cuando, al introducir algún estímulo tras una conducta dada, aumenta la frecuencia de dicha conducta en el futuro. Un ejemplo sería el de Alejandro, una persona tímida, que empieza a salir a eventos sociales y como le han resultado positivas, será más probable que en el futuro asista a más.” De esta manera, nuestras conductas que son socialmente reconocidas como buenas son las que tendremos más inclinación a repetirlas: acciones, visitas, compras, eventos, etc.  Las redes sociales potencian esto por lo que haremos más de lo que nos digan socialmente que está bien.


Si esto es así, la pregunta es: ¿Hace cuánto que una de nuestras marcas no nos reconoce públicamente como lo hacen nuestros amigos?  ¿Cuándo fue la última vez que nuestra marca nos puso un “like” o compartió algo nuestro? ¿Cuándo fue la última vez que Samsung te dijo: “me gusta tu experiencia”? ¿Recuerdas cuando fue que Coca-Cola compartió algo tuyo o que Toyota reconoció como buena una fotografía donde salía tu vehículo? Hasta la fecha muchas de las marcas no saben cómo interactuar en el mundo digital, a pesar de gastar millones pagándole a agencias digitales que más parecen copias de antiguas estructuras publicitarias tradicionales que nuevos interlocutores sociales.

“Reconóceme como persona
y yo te reconoceré como marca”.

La mayoría de las marcas viven aún en un mundo distinto donde han intentado adaptar el modo transaccional de publicidad a un de interacción personal. Este “tú existes” y “tú me importas” no está presente aún en su comunicación y mucho menos en su esencia. Muchas robotizan sus interacciones, hablan sin escuchar, tienen respuestas tardías y se obsesionan más por la cantidad que por la calidad de sus conversaciones. He visto a miles de agencias digitales presentando a sus clientes resultados de SEO con indicadores pagados transaccionalmente a sus espaldas. Comprar un seguidor es como tratar de adquirir un amigo con dinero, a la larga sigue siendo un desconocido. Esto no debe de ser así ya que el corazón de tus fanáticos no se compra sino se conquista con cada acción que realizas. Los pequeños detalles van a ser los que logren la gran diferencia para tu marca.

“Las emprendedores se equivocan tanto que terminan acertando, mientras que las grandes organizaciones por tanto evitar fallar, terminan fracasando.”

A estas marcas las vemos lejanas porque no se comportan como nuestras amigas, ya que aún nos observan como “consumidores”, y detrás de cada acción parece estar una transacción escondida. Las marcas clásicas aún están dirigidas por mercadólogos antiguos sentados en tronos de cristal con aire acondicionado, bonos anuales y estudios de mercado que intentan descifrar de forma desactualizada lo que pensamos, hacemos y sentimos. A las personas ya no nos gusta que nos traten como promedio, ni como nicho, grupo o segmento de mercado. Ya no somos más consumidor, somos personas.
Este cambio en las marcas se tiene que dar rápidamente para que sobrevivan ya que el mundo revoluciona y ya no sólo evoluciona. Es mejor una equivocación rápida que un acierto tardío. El primero te sirve para aprender, el segundo ya no te sirve te nada. Los emprendedores se equivocan tanto que terminan acertando, mientras que las grandes organizaciones por tanto evitar fallar, terminan fracasando. En un mundo digital la equivocación continua te llevará irremediablemente al éxito, mientras que la inacción al fracaso.



Analizando la historia del siglo XX nos damos cuenta que los cambios sustanciales se daban cada cinco años, que es el tiempo en que una generación tardaba en sobreponer a la anterior. Hoy los cambios en las personas, comportamientos y empresas pasaron de ser por etapas a ser continuos. En el capítulo diez del libro “El Ejecutivo Espartano”, que escribí junto con Raúl Galindo, mencionamos lo siguiente: “La obsolescencia llega de forma violenta. Todo cambia aceleradamente. Renovación e innovación son parte de la supervivencia. La innovación es condición tan vital como el oxígeno que respiramos. Innovación es cambio. Cambio es vida. No renovarse es dejar de respirar profesionalmente. Cada vez es más veloz. Lo que antes eran décadas, ahora son días. Lo que antes eran minutos ahora son nanosegundos.” 

Aquí les alcanzo también algunos links a mis videos sobre este tema:


El Círculo Dorado de la Excelencia en Experiencia Cliente

Excelencia en Servicio al Cliente: La importancia del Nombre

Como vender más controlando el tunel de conversion del shopper - Anuor Aguilar

Marketing Experiencial: ¿Cómo comunicar nuestra marca en los tiempos de las redes sociales?

¿Cómo hacer una Planificación Estratégica Exitosa en 5 etapas?

Cómo Ganarle a la Competencia sin bajar los Precios - El Factor del Valor Diferencias

Puedes escribirme a mi correo: anuoraguilar@gmail.com

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