Un mensaje coherente y estable en el tiempo es energía cinética y potencial para el propósito.
“Un mensaje coherente y estable en el
tiempo es energía cinética y potencial para el propósito.”
Una pieza que potencia el mensaje es
su coherencia en el tiempo. La constante coherencia es una parte potenciadora
de la integridad del mensaje. Un mensaje consistente en el tiempo da fortaleza
al mensaje al líder. Un mensaje errático en el tiempo da debilidad al mensaje y
al líder.
Hay una historia que cuenta la
llegada de dos inmigrantes amigos a un
nuevo territorio. Uno de ellos poseía el doble de monedas que el otro por lo
que pudo comprar un terreno más grande. Esto hacía pensar que si ambos tenían
una buena cosecha el que tenía el doble de terreno tendría el doble de
ganancia.
El primer año ambos sembraron plantas
de duraznos.
Al segundo año, el que tenía el
terreno más grande se enteró que el margen que dejaban las manzanas era mayor
así que quitó todos los plantones de duraznos y sembró manzanas.
Mientras tanto, el campesino más
pequeño seguía regando y cuidando sus duraznos.
Al tercer año, el campesino más
grande se enteró que el precio de las ciruelas había aumentado por lo que
arrancó sus plantas de manzanas y sembró ciruelos.
Al cuarto año, las plantas durazno
dieron grandes y hermosos frutos y el campesino menor vendió su cosecha a buen
precio. Con este dinero le propuso a su amigo comprarle el terreno, quien tuvo
que aceptar presionado por las deudas de cosechas que nunca llegaron.
De la misma manera que los frutales
los mensajes requieren de un tiempo de maduración en las mentes de las
personas. Los mensajes siempre tienen un impacto pero también tardan en dar sus
frutos. Si cambiamos de mensaje de forma continua nuestro equipo no puede interiorizar
lo que decimos. Si somos erráticos en lo que comunicamos es posible que más que
motivarlos lo que hagamos sea causarles confusión.
Un mensaje sin coherencia es un mensaje errático.
Un mensaje errático confunde más que aclarar.
Un mensaje que no aclara provee desorden al equipo.
El desorden es causa de ineficiencia y desunión.
Permanecer callado es mejor que
proveer mensajes erráticos. Sin embargo, el silencio no entrega el propósito al
equipo. El dharma del equipo, nunca llegará rodeado de silencio.
Un líder coherente proporciona
pensamiento.
Un pensamiento coherente otorga mística.
Un equipo con mística tiene espíritu y unidad.
Un equipo unido es un equipo poderoso.
Para poder otorgar un “propósito al
equipo”, el líder tiene que haber encontrado su propio “propósito en la vida”.
Un buen líder encuentra su dharma personal, luego construye el propósito de su
equipo. Para poder ser un buen líder la preparación es desde el interior hacia
el exterior. Lo interior rige a lo exterior. Nunca lo exterior rige a lo
interior.
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