El poder del Equilibrio Interno
El poder del Equilibrio Interno
“Un hombre no trata de verse en el agua que corre, sino en el agua tranquila, porque solamente lo que en sí es tranquilo puede dar tranquilidad a otros.”
(Confucio).
El éxito es la conjunción de varios
elementos: eficiencia, velocidad, preparación, comunicación, trabajo en equipo,
entre otros factores. Sin embargo, nada externo es exitoso si lo interno no lo
es.
Sin equilibrio interno no hay
fortaleza interna. Sin fortaleza interna no hay éxito externo. Todo es caos sin
equilibrio interno. Nada es abundancia sin equilibrio interno. Esto es el principio de la serenidad.
Lo interno antecede a lo externo. No
hay éxito externo si no hay éxito interno. No hay fortaleza externa si no hay
fortaleza interna. No existe lo externo si no existe primero lo interno.
El equilibrio interno es capaz de convertir
el caos en armonía. La mezcla correcta de pasión con serenidad es la que
convierte las acciones en victoria. Es poderoso el hombre sereno tanto
como es débil el alterado. La serenidad es fruto de la sabiduría, la
experiencia y la seguridad de un arduo entrenamiento.
Los espartanos fueron los guerreros mejor
adiestrados y más heroicos de Grecia. Su ideal consistió en formar una
comunidad militar muy eficiente donde las técnicas, valores y el orgullo
de pertenencia fueron el centro de su existencia. La intensidad de las
prácticas se reflejaba en la serenidad al enfrentar con coraje el ataque. Un
compañero alterado es más peligroso que mil guerreros del oponente. El caos
genera caos, la serenidad construye serenidad y potencia.
“La bestia ronda al
muchacho. Lo ha olfateado y detectó que está cerca. Las zarpas del lobo rozan las rocas cortantes como el acero. El pelaje azabache
brilla por los rayos de la luna. Su movimiento es seguro. Respira profundo y su
aliento llega hasta su potencial víctima. El niño estaba cerca y enfrentaba a
pocos centímetros de él en la oscuridad a la misma entrada al infierno. El animal se
acerca a pocos metros y olfatea al humano saboreando paso a paso el inminente
festín. Sin embargo, el muchacho espartano no siente miedo, agudiza sus
sentidos y ahora está más consiente de todo lo que le rodea. Su entrenamiento
le indica que es la diferencia entre morir y vivir. Sentir miedo está aceptado.
No saber usarlo correctamente es inaceptable.”
(Esparta)
Las respuestas no llegan completas ni
las alternativas son siempre suficientes. Agudiza tus sentidos, confía en tu entrenamiento,
apóyate en tus instintos. Tu serenidad, será la serenidad de tu equipo. Tu
serenidad será la piedra angular de tu sabiduría.
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