El Universo es armonía y no existe el tiempo. El Universo es sincronía y no existe el tiempo.
LA EFICACIA Y LA VELOCIDAD
"Una vida cometiendo errores no la hace más honorable, pero si mucho más útil que una vida sin haber hecho nada."
(George Bernard Shaw)
Todo elemento está en movimiento interna y
externamente. Nada es estático todo hacia algún lugar. Hay un movimiento
natural y otro forzado. Ir de un lugar a otro voluntariamente requiere esfuerzo
para mover algo de su situación natural. Lo natural es el equilibrio.
Moverse implica recursos. Un recurso es energía y
otro es tiempo. La eficiencia de este movimiento está regida por el uso de
estos dos recursos: energía y tiempo. El más importante e irrecuperable es el tiempo. Eficiencia es
el alcanzar un objetivo con el menor uso de recursos posible.
Un Cuento y una Moraleja:
"El pequeño ciempiés sintió que debía lanzarse a caminar y preguntó inquieto a su madre:
-Para andar, ¿cuál pie debo mover primero: los pares o los impares, los de la derecha o los de la izquierda, los de delante o lo de detrás? ¿O los del centro? ¿Y cómo? ¿Y por qué?
El pequeño ciempiés llevaba semanas inmovilizado analizando que hacer sin darse cuenta que las aves ya lo habían detectado y corría peligro de ser devorado.
La madre le respondió:
-Cuando quieras andar, hijo mío deja de dudar y tan sólo... anda".
Moraleja: El análisis excesivo es más perjudicial que una acción oportuna menos exacta. Analizar antes de moverse es importante. Analizar y demorarse en moverse es perjudicial. Analizar y nunca moverse es mortal.
"La velocidad es parte de la eficiencia."
El Universo es armonía y no existe el tiempo.
El Universo es sincronía y no existe el tiempo.
El Universo es eterno y no existe el tiempo.
Cuando hablamos de
Universo no existe el tiempo. Cuando hablamos de experiencia humana sí existe
el tiempo. El tiempo es relativo a un punto de referencia para el hombre. El tiempo es una medida artificial
creada por nosotros para poder saber cuánto nos alejamos o acercamos a este
punto de referencia. En el momento que este punto de referencia deja de
existir, el tiempo deja de ser relevante y la angustia desaparece.
El tiempo es un relativo artificial.
Es tiempo no es nada en sí mismo.
El tiempo es todo para lo relativo.
Somos los creadores
del tiempo y sin nosotros no existiría como tal. Para su concepción
incorporamos números, ponemos puntos de referencia como el día en que nacemos,
inventamos calendarios, tantos años después de Cristo, colocamos relojes,
tantas horas después de la salida del sol, etc. Esto nos permite poseer la
sensación de tiempo. Sin esto, el tiempo y el espacio estarían sobrepuestos
para nuestros sentidos.
Cuando hablamos de
eficiencia implica cuanto recurso-tiempo invertimos para obtener algo. Seremos
más eficientes mientras logremos más con menos recursos. La primera pregunta
es: ¿Cuánto de nuestro “tiempo” estamos dispuestos a invertir para lograr ese
“algo”? Y la segunda pregunta es: ¿Estamos dispuestos a ser eslavos del tiempo aun
sabiendo que somos sus creadores?
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