El Mensaje del líder y el Propósito de Éxistir
El equipo tiene la necesidad de recibir
las ideas del líder. El líder tiene la obligación de transmitir al equipo su “Propósito”
de existir. Si hay un propósito este debe de ser trasmitido. Si hay
comunicación pueden ser comprendida. Si hay algo que decir debe de ser
expresado.
La unidad del equipo depende de la capacidad del líder para comunicarse
con su equipo.
El Dharma en sánscrito significa
propósito en la vida. Este Dharma debe de ser incorporado al equipo mediante el
convencimiento del mensaje.
Un equipo con Dharma es un equipo unido que sabe cuál
es su razón de existir, a donde va y cuál es la finalidad de ir.
Un equipo motivado tomará el esfuerzo extra con anhelo, se sentirá satisfecho con los logros alcanzados por todos y nunca se quejará del cansancio o la presión recibida. Un equipo con Dharma, es un equipo que soporta las adversidades. Un equipo con Dharma tiene un propósito en la vida más allá que el propio individuo.
Un equipo motivado tomará el esfuerzo extra con anhelo, se sentirá satisfecho con los logros alcanzados por todos y nunca se quejará del cansancio o la presión recibida. Un equipo con Dharma, es un equipo que soporta las adversidades. Un equipo con Dharma tiene un propósito en la vida más allá que el propio individuo.
“Lo tácito es la antítesis de la unidad, lo explícito
es sinónimo de unidad.”
Si el equipo no sabe explícitamente lo
que el líder desea, se motivará de forma individual. Deseos individualistas no
aportan al equipo. Motivaciones individuales generan aspiraciones individuales. Ambiciones individuales desintegran al grupo. El buen líder comunica el propósito y forma un solo deseo
en conjunto.
Si el equipo no sabe lo que el líder
piensa, generará su propio pensamiento. Siempre un pensamiento individualista
es sinónimo de desunión. Un pensamiento en común es sinónimo de unidad. Unidad
es sinónimo de fuerza en el equipo. El buen líder comunica sus pensamientos y
forma un solo pensamiento en conjunto.
“Es tan débil un ejemplo sin mensaje como
malo un mensaje sin ejemplo.”
Un buen ejemplo comunicado tiene la
fuerza de cien mensajes sin ejemplo. Un buen ejemplo no comunicado tiene la fuerza
de ningún ejemplo. Es por eso que siempre ejemplo y mensaje deben de ir
juntos e inseparables. Uno es potencia del otro. Separados dividen su fuerza,
juntos la multiplican.
Un buen líder está integrado a su comunicación.
Esta integración le da coherencia a su mensaje. Integridad implica predicar con el ejemplo. Lo bueno en palabra tiene que ser bueno en acción. Lo duro en mensaje tiene que ser duro en acción. Lo racional en mensaje debe de
ser racional en acción. Lo malo en mensaje, debe de ser malo en acción. La incoherencia de la acción genera incoherencia en el mensaje.
“Un mensaje coherente y estable en el tiempo
es energía cinética y potencial para el propósito.”
La coherencia en el tiempo da fortaleza
y credibilidad al líder. Un mensaje sin coherencia es un mensaje errático. Un
mensaje sin coherencia confunde más que aclarar. Un mensaje errático provee
desorden al equipo y lo convierte en desorganización.
Permanecer callado es mejor que
proveer mensajes erráticos. Sin embargo, el silencio no entrega el propósito al
equipo. El Dharma del equipo, nunca llega al equipo rodeado de silencio
Si un líder es incoherente no
proporciona pensamiento ni mística. Un equipo sin mística, carece de espíritu y
unidad. Un buen líder encuentra su Dharma personal, luego construye el propósito
de su equipo.
“Quién sabe a dónde va por mas errado que esté tiene una posibilidad
de ser seguido, quien no sabe a dónde va nunca podrá ser seguido.”
Es preciso tener detrás del mensaje un
propósito de existir y una mística de vida y accionar.
Un grupo para convertirse en equipo espera
de su líder una coherencia de pensamiento y acción.
El espíritu de equipo parte de una
mística de vida y no de una verdad total. El líder errado puede tener un equipo
unido. El líder malo puede tener un equipo que lo sigue. El líder equivocado
puede tener un equipo convencido de su verdad.
Por el contrario, el líder impreciso
nunca tendrá un equipo con un objetivo claro. El líder silencioso nunca tendrá
un equipo con un propósito. El inseguro nunca tendrá un equipo unido.
“El equipo sigue al líder por su
convencimiento de tener la verdad y no necesariamente por tenerla.”
La verdad no es necesaria para ser seguido,
el convencimiento de tenerla si lo es. Un grupo no le pide al líder ser
portador de la total verdad. La verdad es opcional al seguimiento.
El equipo no sigue al líder por su
verdad. El equipo sigue al líder por su seguridad de tenerla y por su capacidad
de comunicarlo de forma clara y precisa. En este sentido, la verdad no es un
requisito para ser líder. En este sentido la seguridad si lo es.
“Comunica, luego existe.”
El equipo tiene el derecho de recibir el
mensaje continuo de su líder. Nadie en el equipo pide este mensaje pero
todos esperan recibirlo. Nadie pide el aire que respira pero todos esperan
recibirlo. Los mensajes son tan vitales para un equipo como el aire que respiran. No puedes privarlos del aire como no puedes privarlos de necesitar ser explicados.
Un buen líder tiene la obligación de proveer el mensaje continuo
a su equipo. Para un buen líder es imperativo transmitir lo que piensa, lo
que espera y lo que busca.
La comunicación es indispensable para
el Dharma del equipo y el buen líder trabaja incansablemente en conseguirlo.
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