Liderazgo. La Ventaja competitiva y el equipo

“Peleamos como una sola e impenetrable unidad. Esa es la fuente de nuestra fuerza. Cada espartano protege al hombre de al lado. Un solo punto débil y la defensa se deshace.”
(Leónidas en 300)

El ejecutivo espartano exige a su equipo una fidelidad absoluta a su líder. La fidelidad al equipo es la fortaleza de todos. La falta de lealtad es penada con el máximo castigo. No hay zonas grises para personas desleales al equipo. La lealtad da fortaleza al equipo y la empresa. La fortaleza del equipo es la fortaleza multiplicada por todos los individuos.

El ejecutivo espartano tiene un radical rechazo al individualismo. El individuo construye en grupo y destruye en solitario. El equipo en sí mismo es ya una unidad indivisible. El individuo deja de ser individuo dentro del equipo. El equipo es una unidad y no es un grupo de individuos. La fuerza del individuo es la propia multiplicada por la de todo su equipo. Un equipo débil debilita al líder. Un líder débil debilita al equipo. Un equipo fuerte lo fortalece. 

“Si tus fuerzas están en orden mientras que las suyas están inmersas en el caos, si tú y tus fuerzas están con ánimo y ellos desmoralizados, entonces, aunque sean más numerosos, puedes entrar en batalla. Si tus soldados, tus fuerzas, tu estrategia y tu valor son menores que las de tu adversario, entonces debes retirarte y buscar una salida.”
 (Sun-Tzu)

El número de personas no hace la fortaleza del equipo. La eficiencia no se mide en el número de acciones realizadas sino en el número de aciertos ejecutados. Gestión por tareas es distinta a gestión por resultados. Un equipo eficiente alinea sus movimientos para la obtención de resultados. Objetivos claros y comunicados son necesarios para alcanzar esta eficiencia.

La ventaja competitiva de un equipo es siempre relativa a la de su competidor. El competidor está en todas partes. Fuera de nuestras paredes están las otras marcas que buscan una mayor participación de mercado, los cambios en tendencia de consumo o tecnológicos. Dentro de nuestros muros, tenemos los niveles productivos, indicadores de satisfacción o rentabilidad por recurso empleado. Sin embargo, nuevamente la verdadera competencia no está fuera sino dentro de cada uno de nuestros equipos y de nosotros mismos.

La competencia es relativa a nuestro nivel de incompetencia. La vara es tan alta como la última vez que nosotros mismos la pusimos. Somos tan eficientes como nuestro nivel de ineficiencia nos permite. Nuestra fuerza está en relación a nuestra propia debilidad.

No gana el más fuerte sino el que mejor usa sus fuerzas. No pierde el más débil sino el que más conoce como manejar sus flaquezas. La ventaja competitiva siempre será relativa a lo externo y a lo interno. Uno puede ser fuerte frente a unos y débil frente a otros. Un buen líder escoge sus movimientos en relación a su ventaja competitiva. Ventaja competitiva como lo describió Michael Porter en su libro de 1980 “Competitive Strategy” es el valor diferencial que una empresa es capaz de crear para sus clientes frente a los otros competidores del mercado.


Se dice que Licurgo  fue el responsable de las normas que cambiaron la concepción espartana de vida en la segunda parte del siglo VII a.c. Este cambio de leyes le otorgo a la ciudad una ventaja competitiva militar sobre todas las otras poblaciones de la época. Este cambio de normas y leyes se llamó la Gran Retra.

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