Liderazgo: Los Objetivos

LOS OBJETIVOS

“A los espartanos después de beber mesuradamente en las comidas comunes, se van sin antorcha pues no se les está permitido hacer ni este ni otro camino con luz para que se acostumbren a viajar de noche en la oscuridad con ánimo y sin temor.” (Plutarco – Moralia III-18)

“Quién sabe a dónde va puede acelerar el paso. Quien no sabe a dónde va es mejor que quede parado.”

Jerjes de Persia atacó a Esparta en el año 480 A.C. liderando uno de los ejércitos más grandes vistos hasta ese momento. El rey Leónidas de Esparta acompañado sólo por 300 guerreros lo esperaron en el paso de Termópilas con el objetivo de detener al contingente Persa que superaba el millón de hombres. Esta batalla es recordada como la batalla de las Termópilas en donde un grupo de guerreros espartanos bien entrenados lograron detener durante siete días a un ejército que los superaba cientos de veces en número. Había un solo objetivo: detener a los persas.

“Sólo si sabemos a dónde queremos llegar tendremos una oportunidad de hacerlo.”

Es importante tener una meta clara y colocarla de forma expresa en nuestra  conciencia. Si la podemos escribir y verla todos los días es mejor. Sólo si sabemos a dónde queremos llegar tendremos una oportunidad de hacerlo. Siempre obtenemos lo que queremos no porque lo merezcamos sino porque estamos concentrados. El Universo premia la concentración y dedicación.

Una sola meta a la vez es buena, muchas metas son malas. “Quien tiene un reloj siempre sabrá la hora, quien tiene dos nunca estará seguro.” Una secuencia de metas es buena, una dispersión de metas es mala. La claridad es buena, la falta de definición es mala.

Un ejecutivo espartano coloca de forma expresa y clara su meta, se prepara y se mueve cada día hacia ella. La constancia es parte de su potencia. Tener un objetivo claro da tranquilidad a la mente. Un objetivo indefinido otorga tensión y debilita el avance. La meta clara relaja el stress. La constancia en lo que se busca es lo que otorga la posibilidad de llegar.

Toda acción dirigida a alcanzar el objetivo en la vida aporta al camino. Toda acción que no considera el objetivo nos aleja de él. Caminar de forma constante y poner el esfuerzo para alcanzarlo es parte del éxito. La constancia de la tortuga es la que hace que le gane a la liebre veloz pero distraída. La perseverancia del agua es la que quiebra y de forma a la roca.


Una meta es sinónimo de exactitud mas no debe de serlo de tensión. La obtención del resultado se da por consecuencia natural de las acciones. No por estar nervioso el cirujano opera mejor. No por estar tensa la flor florece más bella.  El objetivo llega con el desapego a la misma meta. La piedra cae al piso al soltarla y lo hace sin esfuerzo. El rio llega al mar solo fluyendo. No por levantarse más temprano el sol saldrá antes. Lo que debe de ser, será y lo que no debe de ser, no será.

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